Qué es el Global Labour Institute

El Global Labour Institute (GLI) es una fundación constituida bajo la legislación suiza y con sede en Ginebra.

Su propósito es promover la solidaridad internacional entre organizaciones sindicales y entre éstas y otras organizaciones y movimientos de la sociedad civil, con el objetivo de alcanzar una sociedad mundial sustentable y democrática, basada en los principios de justicia social, libertad e imperio de la ley.

GLI es una organización de servicio para el movimiento obrero. La guían los valores y principios del socialismo democrático.

El desafío
La globalización de la economía mundial, como se ha desarrollado durante los últimos veinte años, está creando una economía sin fronteras, globalmente integrada, donde el capital financiero y el poder de las compañías transnacionales dictan, cada vez con más frecuencia, sus términos a gobiernos y parlamentos nacionales, partidos políticos y organizaciones sindicales nacionales; o sea, a todos los instrumentos de control democrático que funcionan a nivel nacional.

La principal consecuencia social de la globalización de la economía mundial, el surgimiento de un mercado laboral global, se ve fuertemente influenciada por la violencia estatal en sus diferentes formas, la única función estatal de importancia que no ha sido menoscabada. De este modo, el menor denominador común del mercado laboral mundial se mantiene artificialmente bajo, cercano a los niveles de esclavitud, lo que a su vez significa que los términos de competencia mundial se volverán, con el tiempo, incompatibles con la supervivencia de un orden político democrático, sensible a las necesidades humanas fundamentales.

Ante esta nueva situación histórica, el movimiento laboral debe aprender a jugar con nuevas reglas – no aquellas que correspondían dentro de la estructura del estado-nación donde tradicionalmente ejercía su influencia. Debe aprender a pensar y actuar globalmente. Tiene que poner en orden todos sus recursos, dispersos como están entre una multitud de organizaciones e instituciones, para centrar la atención en un objetivo único y principal: inclinar la balanza del poder global a su favor.

GLI será un facilitador y un catalizador en este proceso. Sus estrechas conexiones con el movimiento obrero internacional, así como su posición independiente le permitirán ayudar a conectar lo que está desconectado, a unir lo que está desunido, a organizar lo desorganizado. Su marco de referencia es la cultura democrática internacional y los métodos de la democracia representativa que han evolucionado históricamente en el movimiento laboral y que lo convierten en la única fuerza organizada democráticamente de la sociedad civil.

Los temas
La globalización en su forma presente ha fundido antiguos temas de luchas políticas y sociales en un nuevo contexto y ha exacerbado el sufrimiento humano en una escala sin precedentes. La sociedad mundial enfrenta nuevamente la barbarie, en desafío de los valores universales alrededor de los cuales el consenso posbélico se había construido. Las luchas para resolver estos asuntos están vinculadas y son todas facetas de una lucha única y de un único tema: en qué clase de sociedad viviremos todos dentro de veinte años.

Poder: en dos décadas, las compañías transnacionales aumentaron enormemente su poder a expensas del estado-nación. Los acuerdos comerciales internacionales y las políticas económicas y sociales, incluidas las privatizaciones masivas y los programas de ajuste estructural impuestas por las instituciones Bretton Woods a aquellos gobiernos que no están en posición de rechazar los términos que se les ofrecen, están transfiriendo la autoridad de los gobiernos democráticamente responsables a las CTNs que lo son sólo ante sus accionistas. Un gobierno mundial virtual ha nacido, respaldado por el consenso de gobiernos conservadores de los principales estados, quienes controlan la mayor parte del poder económico, político y militar mundial y, finalmente, por el poder empresarial transnacional. Este gobierno mundial de facto no está sujeto a forma alguna de control democrático o responsabilidad. La responsabilidad democrática del capital internacional y la democratización del ejercicio del poder es el tema central del siglo 21.

Dinero: las políticas neoliberales, deliberada y provocativamente seguidas por los gobiernos conservadores, han polarizado la sociedad. La riqueza creada por los trabajadores es sistemáticamente redistribuida para beneficiar a los ricos y en detrimento de los pobres. Las desigualdades sociales no eran tan flagrantes desde los primeros días del siglo. El empleo de bajo salario y la inseguridad laboral se están difundiendo a través de la informalización, contratación externa y subcontratación, de los puestos de trabajo temporarios y a tiempo parcial. Ni aún el empleo proporciona ya protección contra la pobreza y, al crecer el desempleo, lo hace también un sector informal ya vasto donde los trabajadores no poseen derechos y se encuentran desprotegidos.

Explotación y opresión: a fines del segundo milenio, el trabajo infantil está tan extendido como nunca antes, los centros de explotación han vuelto a aparecer donde habían sido erradicados por las exitosas luchas sindicales del pasado; millones de trabajadores desposeídos de sus derechos están trasladándose a través de los continentes en busca de supervivencia económica – y algunas veces también física -, las dictaduras mantienen a pueblos enteros en cautiverio. La lucha contra la explotación y la opresión está estrechamente vinculada a la lucha en favor de derechos humanos y democráticos y requiere alianzas entre sindicatos, movimientos de derechos humanos y movimientos monotemáticos que defienden a los pueblos indígenas y a otras minorías culturales, nacionales y religiosas.

Democracia industrial: aún en países donde prevalece la democracia, ésta generalmente concluye en el lugar de trabajo. Las relaciones y estructuras autoritarias en el lugar de trabajo son sostenidas mediante el temor a perder el empleo por la vasta y creciente masa de desempleados. Allí, donde los trabajadores han obtenido cierta medida de influencia sobre su trabajo y sobre su propósito, estos logros se encuentran asediados como tantas “rigideces” a ser abolidas en nombre de la competencia. Los sindicatos deben demostrar que la democracia es indivisible y que la democracia industrial no es un tema principalmente industrial sino un tema democrático a nivel empresarial y global.

Derechos Humanos: para el movimiento obrero, la lucha en favor de derechos democráticos es no sólo una obligación moral, sino un asunto fundamental de clase. El tema es extender esta lucha más allá de los derechos sindicales fundamentales, como la libertad de asociación y expresión y el derecho a la huelga, incluido el derecho a hacer huelga por solidaridad para alcanzar, en alianza con otras fuerzas progresistas, la democratización del mundo y para vencer políticamente a los actuales bastiones de la reacción y el trabajo forzado.

Igualdad: a pesar de ciertos logros en cuanto a toma de conciencia y de impresionantes luchas, las mujeres fueron las principales víctimas de la desregulación, informalización y darwinismo. Constituyen la mayoría de los desempleados, trabajadores agrícolas, trabajadores domésticos migratorios. Se encuentran entre las víctimas de la más brutal y destructiva forma de explotación. Justicia para las mujeres e igualdad en el trabajo y en la sociedad requiere no sólo alianzas entre sindicatos y los movimientos de mujeres sino la feminización del movimiento sindical, el ingreso masivo de mujeres trabajadoras a los sindicatos en todos los niveles, hasta los de dirigencia. Sólo cambiando este aspecto de su heredada cultura puede el movimiento sindical volverse totalmente representativo y obtener poder para llevar a cabo su mandato.

Ecología: aún no se encontró una respuesta global efectiva a la destrucción del medio ambiente. Las luchas locales fueron parcialmente exitosas. La legislación a nivel nacional es considerada a menudo por las compañías transnacionales un obstáculo a las ganancias y una razón para reubicar a los países donde esa legislación protectora no exista. Una política global general para proteger el medio ambiente requiere el surgimiento de un orden mundial alternativo que, a su vez, requiere los esfuerzos conjuntos de sindicatos, partidos políticos y activistas.

Guerra: aunque la Guerra Fría terminó y los bloques de poder que la dirigían se han desintegrado en su mayor parte, muchos países en Africa, Asia y Europa están asolados por la guerra y, en otros, el conflicto militar amenaza donde una paz intranquila aún prevalece. Los principales poderes son indiferentes a las guerras que no amenazan directamente sus intereses. El nacionalismo extremista y exclusivista, el fanatismo religioso, nuevas y antiguas formas de fascismo están de moda. Son los mortales enemigos del movimiento obrero, el cual debe convertirse en la fuerza directriz de una alianza democrática contra el extremismo de derecha y contra la guerra.

La constitución del GLI declara que es su propósito, además de desarrollar la solidaridad laboral, combatir todas las formas de explotación y opresión, para aumentar el poder de determinación de las personas comunes sobre sus propias vidas, promover los derechos democráticos, apoyar a los pueblos en sus luchas por autodeterminación y la libre expresión de sus culturas nacionales, promover la igualdad entre hombres y mujeres, combatir todas las formas de discriminación y luchar por una paz democrática basada en la libertad para todos.

Las tareas
GLI actuará a diferentes niveles:

Historia: “aquellos que cortan sus raíces no pueden crecer”. El GLI fortalecerá la identidad del movimiento laboral y su sentido de misión rescatando la historia laboral del olvido y poniéndola a disposición del movimiento obrero como herramienta organizativa. Actualmente, en sociedad con Café Producciones – compañía de documentales londinense que hace programas para Televisión- está abocado a la producción de una historia televisada del movimiento sindical internacional. Se realizará investigación histórica y publicaciones en sociedad con SPIs y otras organizaciones laborales y se brindará especial atención a los esfuerzos dirigidos a restaurar la memoria histórica del movimiento obrero en países donde ésta fue severamente reprimida, como por ejemplo, los países de Europa Central y Oriental y los estados sucesores de la URSS.

Programa: los comienzos para un programa en favor de un nuevo orden mundial democrático existen: por ejemplo, diversas propuestas para una cláusula social en los documentos sociales y comerciales internacionales o para la imposición de tasas a los flujos internacionales de capital. También existe un análisis crítico del presente “nuevo orden mundial” capitalista, en diversos libros y artículos. Sin embargo, no existe un programa coherente con propuestas que presentarían alternativas internamente compatibles a diversos niveles (económico, social, político, cultural, ecológico, etc.) que representen en conjunto una alternativa global. Este trabajo aún está por hacerse. GLI contribuirá a desarrollar un programa para una sociedad alternativa en cooperación con instituciones y movimientos donde ese trabajo ya se está realizando de palabra o de hecho. Este programa surgirá de discusiones con una amplia gama de organizaciones e instituciones, sin excluir las contrapartes sociales (compañías y empresarios seleccionados) preparadas para cooperar con el movimiento obrero y otros participantes a fin de asegurar una sociedad mundial democrática y sustentable.

Organización: aunque es evidente que las actuales estructuras del movimiento obrero, particularmente a nivel internacional, no son adecuadas para cumplir con los desafíos de la globalización, está muy lejos de quedar claro en qué dirección necesitan ser cambiadas. Una respuesta efectiva a la globalización requiere organizaciones sindicales internacionales más fuertes y no más débiles. La globalización de la economía mundial requiere la creación de un sistema global de relaciones laborales que se apoye en acuerdos ya existentes entre los SPIs y las CTNs. Dentro del movimiento laboral global, la relación de los sindicatos con los partidos políticos y con la política esta siendo reconsiderada. La organización del sector informal representa un desafío formidable. El GLI proporcionará un foro donde estos asuntos puedan estudiarse y discutirse sin involucrar necesariamente a las organizaciones en compromisos directos.

Alianzas: dependiendo de estos temas, el GLI buscará facilitar alianzas y redes entre sindicatos y socios potenciales de la sociedad civil como, por ejemplo, las organizaciones que se ocupan de derechos humanos, educación, derechos de la mujer, protección ambiental, movimientos sociales de los desposeídos del medio rural y del sector informal urbano, movimientos estudiantiles progresistas, organizaciones comunitarias, asociaciones de consumidores y otros.

Los medios
Educación: GLI identificará las necesidades educativas y llevará a cabo actividades educacionales en asociación con organizaciones sindicales internacionales, la FIAET y sus miembros o con servicios especializados como, por ejemplo, Labour Telematics. Tan pronto como los recursos lo permitan, organizará una escuela de verano para el movimientos sindical internacional. Otros proyectos en consideración son el establecimiento de una Universidad Laboral Internacional, campamentos/ seminarios para jóvenes, una biblioteca sindical internacional para préstamo de textos, estudio del potencial de la tecnología informática para los sindicatos.

Investigación: GLI realizará investigaciones sobre una variedad de temas consecuentes con las tareas descritas anteriormente.

Publicaciones: GLI publicará folletos u otras publicaciones por sí misma o bajo contrato y en sociedad con otras organizaciones laborales, incluyendo materiales de educación, historias cortas para audiencias populares, estudios e informes sobre asuntos específicos.

Reuniones: GLI organizará diferentes reuniones (pequeñas reuniones informales, seminarios, conferencias) consistentes con las tareas antes descritas.

Alianzas: GLI se conectará con instituciones que tengan actividades similares o estén estrechamente relacionadas para desarrollar oportunidades de sinergia; formará parte de una red (o contribuirá a crear una cuando fuere necesario) de sindicalistas, autores, periodistas y activistas políticos que trabajan sobre los mismos temas; participará en iniciativas sindicales consecuentes con su propósito. El propósito de esta actividad será contribuir a un esfuerzo colectivo con el fin de desarrollar un programa de acción para cumplir los objetivos económicos sociales y políticos del movimiento obrero y de sus aliados.

Finanzas
GLI se financiará mediante contribuciones regulares, donaciones, subsidios pagos por autoridades o instituciones públicas, mediante los ingresos generados por los servicios prestados por su personal a terceras partes, la venta de sus publicaciones y las rentas de su pasivo.

Su órgano de dirección, el Comité de la Fundación, decidirá qué fuentes de ingresos se aceptarán y cómo deberán utilizarse los fondos disponibles.

Comité de la Fundación
Los miembros del Comité de la Fundación, el cual puede incluir hasta nueve miembros son: Alana Dave, coordinadora de educación, ITF; Mel Doyle, antiguo secretario de la WEA (Inglaterra y Escocia); Dan Gallin, presidente; Joëlle Kuntz, periodista; Ron Oswald, Secretario General de la UITA; Karin Pape, consultora para Europa, WIEGO; David Spooner, coordinador de los programas internacionales, departamento de organización, sindicato UNITE (sección T&GWU). El Comité se reúne al menos una vez al año.

junio de 2008.