Wilebaldo Solano, último líder del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), falleció, el 7 de setiembre 2010, en Barcelona a los 94 años, a causa de un derrame cerebral
Murió Wilebaldo Solano, último líder del POUM
Nacido en Burgos en 1917, Solano, que también trabajó como periodista, había estudiado Medicina y militó desde muy joven en la Juventud Comunista Ibérica, de la que fue secretario general durante la guerra civil.
A partir de 1937 fue uno de los miembros del comité ejecutivo clandestino del POUM. Fue detenido en abril de 1938 y permaneció en la cárcel hasta el final de la guerra. Luego marchó al exilio y se estableció en París. Tras un viaje clandestino a España, fue elegido secretario general del partido marxista.
Como periodista, dirigió en el exilio La Batalla, trabajó para la agencia France Press entre 1953 y 1981 y escribió el ensayo El POUM en la Historia. Andreu Nin y la Revolución española, de 1999.
A manera de homenaje, reproducimos la entrevista publicada en abril de 2006.
A 75 años de la instauración de la Segunda República Española,
Wilebaldo Solano (dirigente del POUM): “El socialismo había dejado de ser una utopía”.
El último secretario general del POUM tiende una mirada retrospectiva sobre la lucha de los republicanos, el sorprendente poder autogestionario de las masas españolas, las divergencias con León Trotski, la barbarie estalinista y recuerda a una de sus principales víctimas: Andreu Nin. Sigue creyendo en el socialismo pero considera que es imprescindible hacer un profundo análisis y replanteo.
“Con la República se rompe con una tradición histórica, se rompe con los restos del imperio que representaba la monarquía española. Eso es lo que la gente saluda. La gente era tan feliz…” Es el primer recuerdo que destila Wilebaldo Solano de esos acontecimientos. Entonces, con tan sólo quince años, comenzaba a vivir esperanzado la revolución en ciernes que estaban protagonizando las masas ibéricas.
En su hogar de Burgos, desde muy pequeño percibió las convulsiones sociales que se vivían. Su padre era un militar de izquierda y sufrió las represalias de los defensores de la agonizante monarquía. Así, se fueron forjando sus convicciones.
En esos tiempos, la adolescencia se consumía rápidamente y los jóvenes se veían convocados a participar de las intensas luchas políticas de las que era muy difícil abstenerse.
Paradojas republicanas
El aplastante triunfo en las elecciones municipales de los socialistas y republicanos, el 14 de abril de 1931, determinó la caída de Alfonso XIII y la instauración de la Segunda República. “Se abre un proceso donde la gente cree –explica Solano- que los dirigentes burgueses y pequeños burgueses van a hacer cambios en el país, empujan en dirección de un cambio en la enseñanza, contra la Iglesia, se obligó al gobierno a cerrar iglesias, colegios religiosos y hubo una gran transformación… La gente creyó que tenía una dirección nueva, intelectuales nuevos… Tenía una enorme confianza en esos dirigentes (..) Hoy, algunos exageran por interés o para delimitarse de la sociedad actual y la presentan como una gran fiesta. Si, fue una gran fiesta, la gente tuvo una enorme confianza para hacer un cambio radical en España. El hecho de que en 1934 (la insurrección en Asturias) se hiciera lo que se hizo para defender la República… La gente creía que la perspectiva de una sociedad socialista había dejado de ser una u
topía y estaba al alcance de la mano”.
“El anarquismo jugó un papel capital –continúa-, hay que reconocerlo, muy pronto la CNT se hizo de un peso de masas enorme, era una organización sindical formidable. Nosotros estábamos dentro de la CNT, tratamos de influir en las directivas y ganábamos militantes para el POUM. Los jóvenes creamos un grupo sindical de estudiantes dentro de la central obrera.”
La irrupción de las masas hizo que las reivindicaciones populares históricas se pusieran a la hora del día. Cataluña, cruzada por reclamos autonómicos y una clase obrera muy radicalizada, estaba en permanente ebullición. Allí es donde se desarrollan prioritariamente la Izquierda Comunista Española (ICE) liderada por Andreu Nin, identificada con la Oposición de Izquierda Internacional, y el Bloque Obrero y Campesino (BOC), cuyo dirigente era Joaquín Maurín. En 1935 se fusionan dando origen al Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM).
Solano recuerda ese proceso: “Nosotros hacíamos críticas, reclamábamos que se avanzara. Siempre tuvimos una política clara y ganábamos gente muy rápidamente. Después de la unificación, teníamos gente en Galicia, en Extremadura, en Asturias, en el País Vasco… Antes de que se constituyera el POUM, ya en La Batalla escribíamos todos, hacíamos actos juntos. Llegamos a federar a todas las organizaciones obreras de Cataluña, salvo la CNT. Teníamos un partido con gente de mucho valor.”
En el partido coexistían “dos generaciones–agrega-, los que tenían cuarenta años y los que tenían alrededor de veinte. Los jóvenes hacíamos de todo, desde teatro de masas hasta competencias de ciclismo, creamos una escuela marxista… Estos jóvenes le dieron un impulso fundamental al POUM, que contaba con unos ochenta cuadros jóvenes notables. La fusión nos asentó muy bien. Nosotros en Cataluña teníamos una posición prioritaria, más fuerte que los otros partidos”
– ¿Podría haberse derrotado a la sublevación del general Franco?
– Si, al principio, operando más rápidamente. Hubo una cierta alegría que no convenía. Nosotros aplastamos a los militares en Cataluña, fue una cosa fantástica. Los anarquistas hicieron un seguimiento de los movimientos en los cuarteles y descubrieron que entraban muchos vestidos de paisanos y los vestían de militares, porque no confiaban en los soldados y había oficiales que habían desertado. Entonces hubo una acción para aislar al ejército y descomponerlo. ¡Eso salió tan bien y se los aplastó tan bien!. Luego vino lo de Madrid. Recuerdo la primer discusión, cuando hubo gente que decía que no hay que quedarse en Barcelona, que había que ir a Zaragoza. Hubo un movimiento de acción rápida para poderse imponer, luego con el paso de los días se atenuó. Comenzó la organización que había que hacer, pero no se comprendió que ellos tenían una fuerza importante, sobre todo con el ejército de Marruecos y que en algunos sitios de España ya se habían impuesto, en Burgos, en Salamanca, etc. Había que pasar a la acción más rápidamente y preparar un ejército de guerrillas. Pero, nosotros no lo hicimos, esperamos demasiado… Después, con la ayuda de la aviación alemana avanzaron hacia Madrid.
Creíamos que habíamos ganado y no habíamos ganado, y se abrió una lucha donde intervenían fuerzas internacionales potentes contra nosotros y otras fuerzas no nos iban a ayudar. La URSS no nos ayuda al principio, los socialistas franceses tampoco… Entonces los franquistas encontraron un apoyo extraordinario.
– Trotski sostuvo que hubo una debilidad política más que militar, la falta de un programa para el campesinado, entre otras falencias.
– No, el tema de la tierra fue maravilloso. En Valencia, yo lo viví. Después de los combates de Barcelona, el partido me envió a Valencia, que era la zona agrícola más importante de España. Se había constituido un comité obrero y popular que fue el poder. El gobierno de Madrid nos envió a una delegación oficial, la rechazamos y se consideró que el comité era el poder obrero único, ni comité de ministros, ni generalitat, nada. Íbamos a ver que había pasado y ya se habían colectivizado las tierras, la propia gente lo había hecho, Tantos historiadores han hecho cosas y no se han dado cuenta, verdaderamente no.
El secretario general del POUM de Madrid estaba en Galicia en un congreso, que fue un error hacerlo en ese momento. Entonces se decidió que (Julián Gómez) Gorkin, que estaba en Valencia, y (Juan) Andrade, que estaba en Madrid, fueran a Barcelona, que fue otro error. Entonces, a mí, que era uno de los más jóvenes, se me dijo tu tendrías que ir a Valencia, que conoces el lugar. Hay que hacer un periódico, tú eres un buen orador…
Yo me quedé asombrado con lo que hizo la gente. Fuimos a la isla de Ibiza y la ocupamos. Pensamos en Mallorca y pedimos la flota. Tuve una conversación con (Indalecio) Prieto, quien nos dijo que la flota estaba en el estrecho y que no se podía hacer lo de Mallorca. Lo intentamos con la intención de ligarlo a lo de Cataluña, pero la flota tardó, pese a que los marinos se portaron muy bien, se apoderaron de los buques. Pero el ministro de Defensa tenía la obsesión de que estuvieran en el estrecho para evitar el paso de las tropas de Franco, pero los alemanes se dieron cuenta y mandaron los aviones.
Hubo errores, hubo que haber procedido más rápidamente, aun teniendo en cuenta la situación internacional. Yo recuerdo que discrepé con Maurín y Nin, quienes decían que la situación internacional era favorable. Yo dudaba, Hitler, media Europa bajo el fascismo, Mussolini, los socialistas en Francia ¿qué harán? Teníamos que hacer una acción muy rápida. (Buenaventura) Durruty tenía el mismo punto de vista y él se fue a Aragón enseguida. Pero no tuvo el armamento necesario para llegar al País Vasco y ocuparlo.
– ¿Cuáles fueron los aspectos más destacados de la autoorganización de las masas?
– Eso aquí se hizo bastante bien. En ningún país del Este hubo una colectivización como la que se hizo en Valencia. Los obreros se presentaban en las fábricas y controlaban la producción. Era asombroso con la rapidez con que se resolvían los problemas. Había cuadros técnicos que colaboraban con los obreros y ocupaban puestos en las direcciones de las empresas. En toda situación así hay problemas, no cabe la menor duda, lo que sorprende en el caso español es que no se vieron tantos problemas, se resolvían con mucha rapidez.
Recuerdo que una vez estábamos sentados en un café de La Rambla, tres o cuatro días después de la victoria en Barcelona. Estaba Durruty, había un oficial del ejército que se había pasado a nosotros, había una discusión sobre la situación. Nin, de repente, dice: “es extraordinario, todo marcha, los trenes, los tranvías, las fábricas…”. Durruty agrega: “pues, es natural…” y Nin insistió: “yo pienso en Rusia, allí se precisaron años, meses para resolver algunas cosas, aquí con que rapidez se resuelven, como si nada”. Todo funcionaba enseguida en manos de los trabajadores, eso fue una experiencia increíble. Ahora, con el tiempo, cómo hubiera marchado todo eso, eso es otra cosa. Pero el hecho real fue así. Muchos dicen que fue sólo en Barcelona, en Cataluña, en Valencia… pero en muchos pueblos de Aragón y de Castilla había pasado lo mismo.
– ¿Cómo comienza a desencadenarse la represión estalinista?
– La ayuda soviética tardó demasiado en llegar, mandaron técnicos militares, políticos, policías y se apoderaron del aparato del Estado. Poco a poco, con las jornadas de mayo, aprovecharon la ocasión y se fueron apoderando de todo el aparato del Estado, esto transformó toda la situación.
Estoy recordando tantas cosas, quizás las mezclo, cuando uno ha visto cosas como estas… Cuando se abrieron los archivos de Moscú, descubrimos que los informes políticos que mandaban desde España, en lo esencial coincidían con la unidad de todos los partidos, no atacaban al POUM, nosotros estábamos con el PC en todos los comités de España. Pero cuando se constituye la junta de defensa de Madrid, es la primera vez, el PC pide que el POUM no esté.
En esos informes, el general (André) Marty sostenía que había que intensificar la ayuda militar y, desde el punto de vista político, había que mantener la unidad que se había establecido. Incluso hubo cartas con elogios al POUM. Stalin dijo que si y ocho días después lo mando a fusilar.
Había discusiones en el círculo íntimo de Stalin, eso abrió un breve período de vacilaciones y luego la intervención de la manera que se hizo con la llegada de emisarios y de las brigadas internacionales. Uno duda, habría que estudiar la cosa mucho más a fondo. (Pierre) Broué insistía mucho en que existían dos tendencias, la de irse, no mezclarse para no generar conflictos con los alemanes, franceses… No hay ataques contra el POUM y había una unidad completa, quien rompió la unidad fue Moscú. Ese es el hecho más terrible de toda la Guerra Civil, porque si no se rompía la unidad se podría haber hecho mucho más, los ataques contra el POUM, la CNT intervenida… se generó una confusión que fue muy perjudicial en ese momento. La unidad era salvadora era lo que había que hacer. Luego, comunistas que rompen con el PC, consideran que fue un error, que había sin discusión que mantener la unidad, en el curso de la discusión y el trabajo hay divergencias, bueno, como en cualquier sitio se superan, si no se superan se aprueban por mayoría, pero no se excluye a nadie de la lucha contra Franco.
La desaparición de Nin
El 16 de junio de 1937 es detenido Nin. Dos meses más tarde, las autoridades dan un comunicado informando sobre su desaparición. Mucho después, se supo que había sido sometido a brutales sesiones de tortura por parte de los agentes de la GPU, con el infructuoso propósito de arrancarle una declaración condenatoria del trotskismo y una autocrítica reconociendo su supuesta colaboración con el franquismo. Posteriormente fue ejecutado en los alrededores de Alcalá de Henares, sin que se sepa el destino final de sus restos. La conmoción que provoca el suceso escandaliza a la izquierda mundial y pone en aprietos, momentáneamente, al plan exterminador del estalinismo.
Al enterarse, Trotski sostuvo que Nin era “un veterano e incorruptible revolucionario.(…) Rehusó colaborar con la GPU para arruinar los intereses del proletariado español. Éste es su único crimen. Y lo pagó con su vida”.
“Nadie imaginaba –recuerda Solano- que la brutalidad llegara a esos extremos, nadie imaginaba eso, no cabe la menor duda. Luego tuvimos que tener esta cosa increíble, curiosísima, de que cuando el ejército ya está organizado, nosotros teníamos una División muy importante que se llamaba la 29, nos encontramos que la disuelven. Nos encontramos que los compañeros que tenían grados, capitán, comandante, etc., tenían que presentarse a la caja de reclutamiento, con el peligro que podían correr. Entonces, plateamos la cuestión al Comité Nacional de la CNT, ellos tenían una oficina de tipo militar que controlaban sus fuerzas y los compañeros que estaban en situación difícil los poníamos en relación con ellos y los ubicaban en sus unidades. La CNT se portó muy bien y los socialistas también. En la División 29 hubo hasta comunistas enrolados, allí no había diferencias y nosotros no las hacíamos.
Polémica con Trotski
Desde la instauración de la República, Trotski dedicó gran parte de su tiempo a escribir sobre los sucesos de España, intercambió una gran cantidad de cartas con Nin y fue tema de debate permanente en su corriente internacional.
“Creo que a Trotski no se le explicó bien –afirma Solano-, si se le hubiera explicado lo hubiera aceptado. Hubo un problema con él que se prolongó durante la Guerra Civil. Acá vinieron varios militantes trotskistas de EEUU y de otros países, algunos en plan de turismo revolucionario, otros fueron al frente o colaboraron con nosotros. Nosotros abrimos las puertas del partido a todo el mundo. Vinieron grupos que estaban divididos en sus países y trajeron un poco los problemas de ellos.
Trotski no veía bien la unificación de la ICE y el BOC, no sé por qué. Maurín tenía grandes simpatías con él, se habían publicado muchos de sus artículos, no se tenía una postura contraria a Trotski. En la crítica al estalinismo, sobre lo que pasaba en la URSS teníamos la misma posición. En España, la gente quería formar un partido que no tuviera las posiciones sectarias de la Internacional Comunista. Entonces, eso nos dio una gran fuerza. Ahora, viéndolo con la perspectiva de los años me asombra, llegamos a reunir tanta gente y de tanto valor que si hubiéramos estado en el poder podríamos haber ofrecido algo que los demás no ofrecían…”
“¡No es justo! ¡No es justo!”, responde con firmeza ante la referencia a algunas cartas del dirigente de la Revolución Rusa que consideraba al POUM responsable del fracaso español por su adhesión al Frente Popular y otras inconsecuencias. “El trotskismo en muchos países estaba dividido y Trotski tenía que navegar entre las fracciones. Como en Francia la historia de (Pierre) Naville y (Raymond) Moliner. Hubo cosas bastante graves y Trotski, como todo el mundo, con sus pasiones, según las actitudes que se tenía con él, reaccionaba.
Nosotros fuimos los que pedimos que viniera a Barcelona, era un poco una locura. Nin hizo todo lo posible, lo trató con el consejero de gobierno de la Generalitat para que pudiera salir de Oslo y se logró, finalmente, que fuera a México. Él lo sabía y estaba bastante contento. Fue una delegación nuestra a México, con el pretexto de la relación política, aunque en realidad fuimos a buscar armas, y se fue a ver a Trotski, se hizo la guardia en Coyoacán y estuvo encantado. Allí les dijo que se había equivocado. Luego la carta que hace cuando lo matan a Nin reconoce que fue quien se batió con los rusos.”
“Yo conversaba mucho con Nin –continúa-, quería sacarle cosas de la Revolución Rusa, pero él era muy modesto, no presumía de haber estado con Lenín, con Trotski. Me he enterado cosas de Nin por amigos suyos. Yo estuve mucho con él porque íbamos a los actos como parte de los cuadros de oradores del POUM. A Trotski le tenía una gran admiración y respeto, pero el caso de las luchas internas del trotskismo le fastidiaron mucho. Yo recuerdo que hablamos del tema y le dije porque no iba a verlo a Royan (Trotski estuvo en Saint-Palais, cerca de Royan, en julio-septiembre de 1933), entonces él me dijo que Trotski se había portado muy mal y se enfadaron, una cosa de orgullo. Nin me dijo: “Ah, tu no sabes, tiene muy mal genio…” Yo creo que Trotski se dio cuenta de que el POUM era una cosa mucho más seria y su última carta así lo prueba. Así nosotros le hubiéramos explicado la cosa… Por ejemplo, la entrada en el consejo de la Generalitat, a mí personalmente no me gustó, tampoco la composición del comité de milicias.
La postura de la juventud fue distinta a la del partido, la juventud tuvo posiciones más avanzadas, el partido consideraba que era normal porque era la vanguardia del partido. Cuando discutimos lo de la colaboración con la Generalitat a mí me pareció un error, porque Nin convergía con gente bastante inepta, además, le daban el Ministerio de Justicia, que planteaba problemas muy serios, a mí no me gustó. Nosotros discutimos esto sabiendo que no era un gobierno burgués clásico. Cataluña era una nacionalidad del estado, había adquirido el poder y ese poder era bastante limitado. No era un crimen, no entramos en un gobierno burgués, había una situación revolucionaria, todo estaba cambiado. Lo más importante era que estábamos en todos los comités revolucionarios de Cataluña, no había ayuntamientos, diputaciones, etc. … Y jugamos un papel muy importante, pero eso no se le explicó a Trotski”.
Solano recuerda que “hace unos años, Pierre Broué se encontró con la viuda de Bujarin en una reunión de Memorial (entidad que se ocupa de las víctimas del estalinismo), al parecer hablaron bastante sobre España y antes de despedirse le dijo: “le doy un fuerte abrazo para los militantes del POUM, que supieron hacer frente al estalinismo con mucho coraje”.
Entonces se emociona y sus ojos se humedecen al revivir todas las patrañas inventadas por el estalinismo y de las fuerzas que tuvieron que invertir en desmontarlas. Una lágrima comienza a surcar ese rostro curtido en mil batallas.
Actualización socialista
Sufrió la cárcel en la República. Luego, al participar de la resistencia al nazismo, en su exilio francés fue condenado a trabajos forzados en un campo de concentración, donde también sufrió la amenaza de los presos estalinistas. Durante el franquismo realizó ingentes esfuerzos para organizar la resistencia y vigorizar al POUM.
En el umbral de los noventa años, sus expresiones trasuntan el vigor de jornadas pasadas, su rostro se trasforma cuando con elocuencia redondea sus ideas. Su cuerpo menudo parece agigantarse al ritmo de su voz y sus gestos, cual en una tribuna contagia su optimismo por el futuro.
“Entramos en otro problema el juicio sobre la época en que estamos. Yo considero que el hundimiento de la URSS y de los países del Este nos ha pegado a todos, incluso a nosotros. Había muchos compañeros que estaban contentos porque se verificaba que teníamos razón, nosotros luchamos contra Franco, contra los estalinistas y teníamos razón en todo. Pero, y qué pasa, por qué ha ocurrido… Millones de gentes, comunistas y no comunistas, creían que allá había un socialismo, no sabían qué había allá adentro. Se hundieron los PC´s, los propios socialistas sufrieron el choque, la noción del trotskismo también y la propia noción del socialismo está en cuarentena para millones de personas en el mundo. Es decir, que ahora hay que reunir una batalla por el socialismo que no es la que hemos reunido en otra época. Hay muchos compañeros que no quieren, que consideran que es demasiado complicado… Hoy, hay que pensar, hay que escribir, hay que hacer una análisis más a fondo de la experiencia estalinista. De la misma manera que el capitalismo tiene fracasos y continúa, nosotros debemos continuar.
Yo no creo que el sistema capitalista pueda resolver los problemas de la humanidad. Yo sigo creyendo en el socialismo, solamente que hay problemas, que tenemos que saber qué tipo de partido, qué tipo de sociedad y demás, teniendo en cuenta lo que ha pasado allá y lo de China mismo. Desde que se empezó a conformar la idea del socialismo las cosas han cambiado. Usted no puede decir a la gente hoy que está por la dictadura del proletariado porque nadie lo comprendería. Entonces es un error decir que estamos por la dictadura del proletariado, hoy no lo podemos hacer. Probablemente, en nuestro ideal la dictadura del proletariado no hubiera sido lo que fue, pero la experiencia, lo que ha pasado hay que tenerlo en cuenta.
Lenín cuando hace la NEP, los bolcheviques se plantean problemas, hay una discusión, es un cambio fundamental… No sé hasta donde se llegó, todo eso hay que enseñarlo pero no de la manera que se ha hecho en estos años. No se trata de revisionismo vulgar, se trata de análisis lógico de una experiencia cualquiera.
Después de la Comuna de París no se podía repetir lo mismo, había que ver qué errores se habían cometido. Hoy es igual. Necesitamos el juicio de valor de los errores que pudimos haber cometido nosotros si queremos realmente evitar que siga dominando el capitalismo, que nos hace una guerra en cualquier sitio, cualquier día, es una locura…
Necesitamos de un socialismo que saque conclusiones de la experiencia y que haga el cambio en beneficio de la humanidad.”
El POUM hoy
El portal de la Fundación Andreu Nin (www.fundanin.org) brinda una exhaustiva información sobre la República y el POUM, biografías sobre sus líderes y cuadros destacados, y sobre las figuras relevantes del marxismo. Además, cuentan con una profusa bibliografía alusiva y se difunden una gran cantidad de links de diversas corrientes de izquierda.
El cine es otra de las actividades, además de promover películas como Tierra y Libertad, Operación Nikolai y una creciente cantidad de documentales que recobran la verdadera historia de la gesta española, están en curso la elaboración de otros seis filmes sobre el exilio republicano con la televisión catalana.
Mantienen contacto con agrupaciones diversas. Solano nos cuenta que “una organización rusa llamada Praxis está haciendo cosas muy interesantes, tenemos con ellos una relación muy estrecha. Tenemos el proyecto de traer una delegación a Madrid y a Barcelona y hacer algo con ellos, es asombroso porque hay una gran afinidad. Estamos en contacto con varios militantes, hace poco estuvo en mi casa de París una profesora de la Universidad de Moscú, y es increíble coincidimos en todo”.
Realizan periódicamente actos y conferencias en diversas ciudades de España y Francia.
Tienen el plan de dotarse de sedes de la fundación para Madrid y Barcelona.
Entre los propósitos que sostienen en su portal se destaca el siguiente párrafo:
“A pesar de los importantes avances que se han producido en los últimos años en la recuperación de esa memoria histórica sigue siendo un imperativo político la reivindicación de quienes defendieron el honor del socialismo contra el fascismo y el estalinismo. Vamos a traer el recuerdo de aquellos y aquellas a quienes se ha querido expulsar de la historia. Sin dogmatismos. Sin caer en la estúpida tentación de pensar que su legado nos librará de la tarea de pensar una realidad en constante evolución. Sin dogmatismos. Sin convertirles en la base de nuevos catecismos. Sin creer que todo lo que hicieron y dijeron fue justo y correcto. No queremos levantar estatuas”.
Bernardo Veksler (desde Barcelona, especial para ARGENPRESS.info)
miércoles 8 de septiembre de 2010.